La localización del lito y su relación con enfermedad renal crónica en pacientes con urolitiasis bilateral o riñón único del HGZ#3 de Cancún Quintana Roo.
Abstract
Los cálculos o litos renales son la tercera afección más frecuente en vías urinarias, por debajo de infecciones y trastornos de la próstata. El origen de los cálculos renales proviene de una gran variedad de disciplinas; pueden ser compuestos de estruvita, fosfato de amonio y magnesio. Pese a la larga historia de este padecimiento la etiología aún permanece en especulaciones teóricas. La mineralización en todos los sistemas biológicos tiene una base común en la que entrelazan los cristales y la matriz; la litiasis renal no es la excepción, son agregados policristalínicos compuestos de cantidades variables de cristaloides y matrices orgánicas. En la actualidad el mayor interés se centra en lograr el diagnóstico oportuno y un tratamiento eficiente. La valoración metabólica completa dirigida al tratamiento médico más apropiado es igual de importante que los cambios en el estilo de vida que ayudan a reducir la litiasis. El paso espontáneo depende del tamaño del lito, forma, localización y edema ureteral relacionado. La mayor parte de los cálculos pasan en un periodo de 6 semanas después de iniciados los síntomas. Sin seguimiento e intervención médica, la reincidencia de litiasis puede llegar a ser del 50% en 5 años, incluso con mayor frecuencia para los litos de ácido úrico. La mayoría de los cálculos ureterales pasa y no requiere intervención alguna, sin embargo, de persistir el lito durante 3 meses de obstrucción puede iniciar deterioro de la función renal, como así lo describen las recientes guías KDIGO para Enfermedad Renal Crónica.
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